martes, 19 de marzo de 2013

PROPUESTA



La reapertura de LA CASA DEL MIGRANTE, la cual deberá de ser reubicada en un lugar estratégico que no afecte a los vecinos, con vigilancia de la policía de seguridad pública, así como contar con el total apoyo de las autoridades del gobierno en cuanto al aspecto económico como el de materia de seguridad.
Apoyo en los diferentes niveles de gobierno, así como de la ciudadanía en general, además de implementar pláticas para los migrantes que lleguen al lugar, a fin de hacer conciencia entre estos y regresen a su país de origen.
Así como pláticas y campañas entre los habitantes del municipio de Tultitlán, de igual manera para concientizar y dar un trato digno de cualquier persona a los indocumentados.
Todo esto con el fin de mejorar la calidad de vida durante la estancia de los migrantes en Tultitlán y de esta manera evitar la delincuencia e inseguridad que señalan los vecinos sufrir a causa de estos, pues siendo sinceros la migración por la época en la que estamos viviendo es un fenómeno que no podrá ser erradicado, así que creo será más fácil apoyarlos que detener su flujo por completo.
Y lo más importante con la infraestructura necesaria les estaríamos brindando un trato digno y especializado, aquel que cualquier persona por el simple hecho de serlo  tiene derecho en nuestro país y en cualquier lugar del mundo consagrado en nuestra Constitución Política, tratados internacionales y otras leyes diversas.

Con este proyecto no quiero  propiciar ni mucho menos incentivar a la población sudamericana a que deje sus países, pues se creería que bajo las condiciones que propondremos será más fácil para ellos hacerlo, sino más bien buscamos el bien común tanto para ellos brindándoles las atenciones que cualquier persona por el simple hecho de estar en el territorio tendría derecho (derechos fundamentales) y de esta manera prevendríamos la delincuencia e inseguridad que aqueja a esta parte de la sociedad, haciendo un trabajo conjunto entre las autoridades gubernamentales, la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, organizaciones civiles y diversos entes a los que les interesaría apoyar, estando debidamente organizados para que esto pueda funcionar, existiendo el consenso de los participantes para que surjan menos inconvenientes.
México, como país de origen, tránsito y destino, debe adoptar políticas públicas respetuosas de los derechos humanos. La frontera norte de México es una de las más transitadas del mundo, con más de tres mil kilómetros y un millón de cruces diarios de personas documentadas. También registra anualmente alrededor de 1.5 millones de cruces de migrantes indocumentados. La frontera sur cuenta con 1,149 kilómetros; se registran aproximadamente 1.3 millones de entradas documentadas y 300 mil en situación irregular anualmente (México EPU).
Es esta la razón por la cual pienso que si las autoridades como tal no han hecho algo para las dos cuestiones que en este trabajo nos preocupan y tratamos que son el respeto a los derechos humanos de los migrantes indocumentados al paso por nuestro país y específicamente en las comunidades de Tultitlán y Cuautitlán, así como buscar la tranquilidad de los vecinos que se han visto afectados con la delincuencia e inseguridad que les ha traído esta situación pues a su paso se dispersen en el territorio delinquiendo, entonces la sociedad civil en trabajo conjunto con distintas organizaciones tiene que procurarse sus propios derechos como los de los transmigrantes.

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